Sólo un verdadero amante de la historia puede querer desplazarse 3.000 kilómetros para marchar hombro con hombro junto a miles de soldados sobre la nieve derretida y el barro, en medio de la intensa niebla y el humo de la artillería y los mosquetes de pedernal, sintiendo la fina lluvia y con varios grados bajo cero de temperatura para decir: “Yo estuve en Austerlitz”.
La Batalla de Austerlitz o de los Tres Emperadores tuvo lugar el 2 de Diciembre de 1805 en la actual República Checa, enfrentando a las tropas del I Imperio Francés, de Napoleón Bonaparte, con los ejércitos del Imperio Ruso y el Imperio Austríaco, del zar Alejandro I y el Emperador Francisco I, respectivamente. Supondría el mayor triunfo de Napoléon, que demostró ser un genio de la táctica militar y terminó de manera efectiva con la llamada Tercera Coalición. Su victoria también produjo la creación de la Confederación del Rin y la desaparición en 1806 del Sacro Imperio Romano. Aún así, estos hechos no asegurarían una estabilidad duradera pues la preocupación de Prusia ante la creciente influencia francesa en Europa Central desencadenaría la Guerra de la Cuarta Coalición.
Cumpliéndose el 203º Aniversario de los hechos, Austerlitz, u originalmente en checo, Slavkov u Brna, celebró los días 28, 29 y 30 de Noviembre de 2008 los actos que desde hace muchos años realiza para conmemorar la mítica batalla, donde tiene un destacadísimo papel la Recreación Histórica.
El Grupo de Recreación Histórica “Regimiento Suizo de Reding nº 3”, con gran interés por participar para, entre otras cosas, conocer como se desarrollaba el Re-enactment, con varias décadas de tradición en este país, fue invitado por la Asociación Napoleónica Centro – Europea, formando junto a miles de recreadores de toda Europa (República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría, Italia, Alemania, Bélgica, Malta…), con la justificación de que España era aliada de la Francia napoleónica en 1805, aunque completamente enfundados en los capotes grises de la época por decisión propia.
Después de visitar la bella ciudad de Praga, la “expedición española” llegó a Slavkov donde fue recibida con gran afecto por parte de la organización y los amigos checos con los que se reencontraban tras la experiencia de Segovia en el mes de Junio.
Por la mañana del sábado, al mismo tiempo que el Ejército austroruso formaba en la localidad de Tvarožná, los diferentes batallones franceses se organizaron en Slavkov, en cuya plaza tuvo lugar la gran revista y proclama de Napoléon. Interpretado por el actor estadounidense Mark Schneider, el Emperador, al que los oficiales comentaron la presencia de tropas españolas, se paró ante los “Suizos de Reding”, dándoles la bienvenida; incluso cogió del brazo a Asier Valera, uno de los más comprometidos miembros del Regimiento, exaltando su juventud y valentía.
Una larga marcha llevaría a los recreadores españoles, enmarcados en una gran unidad francesa compuesta por los Marinos, el 8e de Ligne, los Granaderos y Voltigeurs del 18e de Ligne, el 30e de Ligne y el 57e de Ligne, hasta el colosal campamento montado en Tvarožná, pasando por otras localidades donde se realizaron ceremonias de conmemoración y homenaje a los caídos de todas las naciones en los puntos de especial importancia en aquellos días. Una de las paradas también se dedicaría a practicar las maniobras y preparar la estrategia para el inminente encuentro con rusos y austríacos.
La Recreación Histórica de la batalla fue impresionante, rigurosa hasta el más mínimo detalle. Tuvo lugar en en torno a la colina de Santon, en el campo de batalla original. Los recreadores españoles revivieron lo que debió experimentar cualquier soldado en aquellos instantes, inmersos en líneas en orden de batalla inmensas.
El recreador Ángel Ruiz comentaba que no tenía “palabras en mente que puedan explicar lo que hemos vivido… Pero puedo decir que ahora sí HE ESTADO EN 1805. La idea que tenemos Jon Valera, los demás y yo, coincide en la espectacularidad y envergadura del evento. No hay ni habrá video o fotografía que pueda reflejar el enorme cúmulo de sensaciones que recorrían nuestro cuerpo a cada segundo desde que nos pusimos el uniforme, dentro de las giganescas formaciones, compactas como ninguna, marciales y repletas de verdaderos soldados, potentes gritos, un ambiente natural, frío, oscuro,… Largas marchas en campo abierto caminando muchos kilometros de pueblo en pueblo, cruzando aldeas y aldeas con recuerdos de la batalla, sentir la presencia de casi el auténtico Napoléon proclamando y cabalgando ante ti…, subir la siniestra colina donde se encuentra el gran monumento a los caídos, sentir el barro y el calor de miles de soldados a tu alrededor, tremendas cargas de caballería, cientos de mosquetes disparando a la vez entre la oscuridad de la pólvora y niebla, donde se encuentra inmerso un gran campo de batalla roto por el estruendo de cañones y gritos, nevado de muertos que sienten la suave aguanieve en sus caras, formaciones que huyen presas del pánico, otra tantas que descargan su furia en inmensos «cuepo a cuerpo», dos ejércitos que se encuentran cruzando colinas entablando una lucha de más de hora y media hasta la llegada de la noche… poco es todo lo que digamos”.
Al igual que en la realidad, uno de los batallones franceses perdió su águila en la lucha. En éste se encontraban los recreadores españoles. Sólo Juan Valera resistió a la carga final, incorporándose, junto a uno de los oficiales supervivientes, en otro batallón donde demostraría con gran arrojo su valentía como voltigeur o tirador.
La Reconstrucción cumplió su objetivo enseñando Historia de una manera visual y demostrando con gran fidelidad como era una batalla de las guerras napoleónicas al numeroso público llegado de todas las partes del mundo. Reding nº 3 incluso llegó a encontrar espectadores españoles, y entre ellos, algún malagueño.
Tras la batalla, Napoleón (Schneider) dirigió en Slavkov su famosa proclama de la victoria. El colofón de aquella jornada histórica fueron los impresionantes fuegos artificiales.
El último día tuvo lugar el acto a la Paz en la colina de Pratzen, donde se decidiría la batalla de 1805, y donde se alza el colosal monumento en memoria de todos los caídos. Con la presencia de las autoridades militares y civiles de la región de Moravia del Sur, se procedió a la ofrenda de coronas en la capilla del monumento. En esta ocasión, los miembros del Regimiento Suizo de Reding, con permiso de la Organización, participaron con sus casacas españolas; sin duda, un gran acto de confraternización en el que fueron felicitados por los mandos franceses, es especial por el Teniente Jean Tasien, que exaltó su entrega y acción en batalla, ejecutando sus órdenes con gran brillantez y les dio la bienvenida a las Recreaciones napoléonicas Centro – Europeas. Además, regalaron una bandera de España al Coronel de la unidad en la que formaron, enseña que besó emocionadamente.
Los recreadores españoles fueron algunos de los pocos a los que se les otorgó el honor de entrar en la capilla junto al 8e de Ligne.
Sin duda, una experiencia única. En palabras de Jon Valera, “quién no ha estado en Austerlitz no sabe lo que es verdaderamente la Recreación Histórica… o más bien, hasta dónde puede llegar…”.
Desde estas líneas, el Grupo de Recreación Histórica “Regimiento Suizo de Reding nº 3” agradece las atenciones especiales recibidas por parte de la Asociación Napoleónica Centro – Europea.
Por último, destacar la mención especial que hizo la Organización en los medios sobre la participación de recreadores de España.
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Enlaces relacionados:
Galerías de la Recreación de Austerlitz 2008
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Contacto: reding3@hotmail.com
Telf.: 687 592 735
Twitter: @Reding_Malaga
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[…] de haber intervenido en dos colosales recreaciones como Austerlitz y Gettysburg, ya tocaba otra grande. Seremos nada menos que 5.000 recreadores de todo el mundo, […]
By: Bicentenario de la batalla de Waterloo (1815 – 2015) | Sonría, por favor on 29 enero 2015
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